Hoy me referiré a uno de los excelentes relatos de la colección Posibles futuros, cuentos de ciencia ficción. Se trata del aporte de Antonio Chamu, La onceava generación. Chamu es autor del libro Mirando al este, relatos fantásticos y de terror, y coautor de los libros Bajo el techo de la lluvia y Poe Siglo XXI. Además, es el coguionista de la exitosa producción nacional El Sanatorio, y de la película El Fin, que está por estrenarse.
La onceava generación se sitúa en un futuro lejano donde la raza humana se ha extinguido y el planeta Tierra es habitado por generaciones de robots que conforman una sociedad perfecta, donde cada individuo cumple voluntariamente una función, sin cuestionarla, y sin las antiguas ambiciones humanas de riqueza o poder. Pero una misteriosa aparición acabará con su incesante rutina...
Uno de los aciertos más grandes de este relato son las bellas y creativas descripciones de la ciudad Galatea, donde transcurren los hechos, y de los variadísimos tipos de robots, los cuales son introducidos y descritos paso a paso de manera breve y precisa sin soltar el hilo narrativo. A título personal, me entusiasmó la grandilocuente visión de Galatea, colosal y majestuosa, deslumbrante, como en una película de James Cameron.
La otra gran virtud de La onceava generación es ese ritmo cuidadoso de cada sección del relato —se siente aquí la influencia de una de las facetas de Chamu: el guión cinematográfico—; el hilo se mueve sutilmente entre la relación sintética y elíptica de grandes hechos, y los detalles de diálogos y acciones de momentos específicos. El misterio se desenvuelve también con el mismo cuidado, llegando a un final que no voy a contar, pero solo diré que es una de esas bondades que el lector inconforme aprecia.
Otro buen logro de este exitoso proyecto, Posibles futuros, que sigo recomendando hasta la necedad; no voy a dejar de recomendarlo hasta que cada uno de ustedes lo haya leído, o hasta que alguien me golpee.
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